Cuando los propietarios se mudaron a esta casa victoriana adosada en el oeste de Londres, el interior se veía muy diferente. Todas las chimeneas y gran parte de las cornisas habían sido arrancadas y las ventanas de guillotina originales habían sido reemplazadas por versiones de UPVC, por lo que los propietarios priorizaron la reinstalación de muchas de estas características.
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La pareja obtuvo el permiso urbanístico para todas las reformas de una sola vez, aunque las llevaron a cabo por fases para poder permanecer en la casa durante las obras. La primera fase fue la remodelación de la planta baja, con una ampliación que abre la casa al jardín del patio, e implicó trasladar la cocina al centro y verdadero corazón de la casa.
La segunda fase importante fue la adición de una extensión de loft, que creó dos dormitorios adicionales. Esto permitió a los propietarios crear una nueva suite principal en el segundo piso.
